Como bien indica su nombre, perfectamente escondida tras la Peña del Reloj, esta pared no se hace visible prácticamente hasta que llegamos a ella. En los años 80 ya se trazaron aquí algunas vías, pero no fue hasta bastantes años después cuando el sector se popularizó, debido al equipamiento masivo de vías que explotan a día de hoy prácticamente todas las posibilidades.
Un buen puñado de rutas, generalmente muy equipadas y sobre buena roca con grados que oscilan entre el V+ y el 6c+, la han convertido en un frecuentado sector, sobre todo para las tardes calurosas ya que por su orientación proporciona sombra a partir del mediodía. En la zona derecha de la pared predominan las vías de grado bajo y sobreaseguradas, ideales para iniciación.
Subir por camino evidente hacia el collado que separa el Cono de la Peña del Reloj, y después seguir en ligera tendencia hacia la derecha, cruzando un característico canchal de piedras y continuando en ascenso por un camino algo desdibujado pero señalizado por mojones de vez en cuando, hasta encontrarnos con la pared a mano derecha.
Todas las vías cuentan con instalación de descuelgue.
Hay que ser respetuosos con los campos frutales y las tierras privadas. Para cualquier duda nos podemos dirigir al Pub Zeppelin, donde su dueño nos solucionará todas las dudas que se nos presenten. Aquí también se encuentran las reseñas de las vías.
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